
Sobre tejidos de algodón de nubes
con tenues y delgados hilos
bordé mis sueños, mis locuras
amé con sábanas al viento.
En la pereza de la mañana húmeda
la luz llamó a un beso.
En la claridad del día
la brevedad del tiempo
suspiró la brisa.
Mi piel, tu piel
una lluvia de abrazos tiernos.
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