vuelos etéreos

13 de octubre de 2009

Bogotá


Del libro de poemas Amazonía entre Sombras


Quiero sumergirme en ti
New York suramericano.
Navegar por las venas y arterias palpitantes
que circundan Monserrate.
Hundirme en las cloacas,
dormir bajo los puentes,
sentir la angustia del gamín,
conocer su magia

para emborrachar el hambre.
Deseo cerrar los ojos e invocar
a Bachué y Bochica
o preguntar a ese hombre
marchante de calles empedradas
qué siente su piel tan cerca al cerro.

Anhelo cerrar los ojos
para escuchar el torrente perdido
del Salto del Tequendama,
caminar tus avenidas y callejones
urbe floreciente de ilusiones…
…y miseria.

Busco absorber rayo a rayo
tus mañanas sabaneras,
vivir noche a noche
la tertulia, la rumba, la clandestinidad.

Vivir minuto a minuto y respirar
los antros del norte y del sur,
las galas de una élite que se muere
y las orgías de una clase que emerge.

Encontrar la academia, el teatro
y detenerme ante la estatua de La Pola,
La Quinta de Bolívar o en la 22
donde venden chocolate.

Y por qué no aunque me duela
en ese lugar de Usaquén
donde mi amiga sintió el dolor de la tortura.
Quiero, deseo, anhelo y busco
descifrar tus genes,
el sombrero y la ruana,
el abrigo, el mestizaje.

Quiero adentrarme en ti, ciudad de lutos
que entrañas los secretos
de la Casa de Nariño o de la mafia,
polis digna y laboriosa, de inmoralidad vetusta
con el Palacio de Justicia en llamas.
Bogotá sólo quiero
s u m e r g i r m e en ti.

8 de abril de 2009

Quiero de ti




Quiero de ti
el mar volcado en mí
Quiero de ti
un baño tierno de miradas
con sabor a luna

Quiero de ti
tus manos condensando el alma

Quiero de ti
tu risa loca para convocar al cosmos
...y no quiro de ti...
¡Qué importa!
Simplemente invoco y quiero
un día que no cae la lluvia.

20 de marzo de 2009

Quiero de ti

Fabiola Calvo Ocampo

Quiero de ti
el mar volcado en mí
Quiero de ti
un baño tierno de miradas con sabor a luna
Quiero de ti
tus manos resumiendo el alma
Quiero de ti
tu risa loca convocando al cosmos
...Y no quiero de ti...
¡Qué importa!...
Simplemente convoco-evoco-quiero
en un día que no cae lluvia

24 de diciembre de 2008

Te recuerdo hermano

A Oscar William

En la risa de los niños
en el llanto adolescente
en la ilusión del joven
en la entrega y la pasión por cuanto vibra
te encuentro hermano.
No sólo vivimos en banderas,
jugamos a las bolas
robamos las frutas del vecino
nos volábamos de casa
saltábamos los árboles
fue nuestra época de niños.

¿Recuerdas los pollos, las palomas
nuestras comitivas y rabietas
tus poemas y canciones en la escuela:
mamá, me canta “El Botecito”?

Te llegó una ilusión,
cursabas el primero en el colegio
te sentías mayor.
En un juramento a la bandera
declamaste “Lágrimas de oro”,
nuestros hermanos
vieron cursi tal poema
aprendiste entonces
“La queja del niño negro”.
Seguías jugando a las bolas.

Del libro de poemas Amazonía entre Sombras

2 de octubre de 2008

Yo

Yo
arena esparcida
raíz de la montaña en mí
verde plateada.
Yo como tú
esencia itinerante
de la historia.
Yo
agolpada en mí.
Yo en mí esperando
sin fin eternidad
mi eternidad
de soplos creadores
de aguas en quietud
tablas ancladas.
La compuerta.
Mi yo en mí, en vuelo.
Arena esparcida
raíz de la montaña en mí.

6 de agosto de 2008

En Palacio

En Palacio las luces no se apagan,
en palacio y sus alrededores
los uniformes y los tubos de metal
vigilan, vigilan, vi-gi-lan.
Cerca de Palacio la ciudad bulle
en los rincones, cloacas,
debajo de los puentes y clandestinas chicherías.
Dentro de palacio las luces no se apagan,
muy cerca de palacio
hieden las bancas del Senado
bajo el hollín de palabras oxidadas.
Impoluto el presidente elegido emperador
Firma, firma leyes, firma leyes, firma leyes-leyes
Desde Palacio con luces y tubos
En Palacio las luces no se apagan.

29 de mayo de 2008

Ha muerto un poeta

Para André Felipe Llano Calvo

¡Qué callen las guitarras!

Paren los tambores

Silencien los quejidos de ese piano

Y las palabras se suspendan.

¡Qué pare la música!

-Corneta, lanza al cielo tu lánguido grito.

Escritores, ¡Rompan, rompan

Rompan filas!

Desordenen la cadencia

¡Cómo duele cada letra!

Desagarren el verso

¡Ha muerto! Ha-muer-to

¡Ha muerto un poeta!

De la tía Fabiola