A Támara
Sobre la fina arena
de la blanca playa,
abrigada con la mar azul
sentí de nuevo
el calor caribe
y ardió mi sangre americana,
palpitó mi corazón muy indio
en mi tez un poco blanca.
Pero ¡Oh dios de los ateos!
fue allá en La Habana.
*Del libro De Raíz
No hay comentarios:
Publicar un comentario