27 de junio de 2006

Tulia

Los nudos
se acomodaron en sus manos
para atar el tiempo.
Miles de lluvias caídas
destiñeron su cabello.
Con sus gafas
intentaba mirar
por si algo había dejado atrás.

Entre sus labios
siempre un pucho barato
daba cuenta del fuego quemado.
De cuando en cuando
observaba picarona, a escondidas
una imagen erótica de los años 30.

Maternidad nunca tuvo
mas envolvió sus flecos de ternura
en el abrazo a cada amanecer
con botellas y un fulano de turno.
Nunca supo quien la amó.

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